ESTADÍSTICAS A PROPÓSITO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓNDE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
23 noviembre, 2022
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021, el porcentaje de mujeres que han contado a alguien las experiencias de violencia que han vivido a lo largo de su vida fue mayor en el ámbito comunitario (68.3 %), seguido del ámbito familiar (65.4 %) y laboral (65.1 %). No obstante, cerca de una tercera parte de estas mujeres no había compartido con nadie esta vivencia hasta antes de responder la encuesta.
La ENDIREH devela que la familia fue el círculo de apoyo más cercano para las mujeres que han experimentado violencia. De las mujeres que experimentaron violencia física y/ o sexual en el ámbito de pareja, 13.1 % presentó una queja o denuncia ante alguna autoridad. Le siguen el ámbito escolar (7.8 %); familiar (7.1 %), laboral (6.5 %) y comunitario (4.3 %).
Los niveles de búsqueda de apoyo institucional o denuncia fueron bajos. Las principales razones fueron: se trató de algo sin importancia que no le afectó, no sabía cómo y dónde denunciar y por miedo a las consecuencias o a las amenazas.
La manera en cómo reaccionan las mujeres a experiencias de violencia depende, entre otros elementos, de las condiciones de vulnerabilidad de la mujer violentada, de la magnitud, frecuencia y severidad de la violencia que se experimenta, así como de las redes de apoyo con las que cuenta. Sin embargo, sí hay un factor regular: la mayor parte de las mujeres que viven violencia no lo dice.
Los datos indican que casi 4 de cada 10 mujeres que han vivido violencia en la escuela o con la pareja y 3 de cada 10 en el trabajo, la comunidad o la familia, contaron por primera vez sus experiencias durante el proceso de levantamiento de la ENDIREH 2021.
Las personas a quienes más recurrieron las mujeres que vivieron algún tipo de violencia fueron: algún familiar (80.7 %, 61.5 %, 80.5 % en los ámbitos escolar, laboral y de pareja, respectivamente) y a amigas, amigos, compañeras o compañeros (39.6 %, 46.8 % y 41.0 % en los ámbitos escolar, laboral y de pareja, respectivamente). En los ámbitos comunitario y
familiar fueron el esposo, novio o pareja (40.0 % y 40.2 %) y algún familiar (78.0 % y 79.4 %). Lo anterior refleja que, en todos los ámbitos, el círculo de apoyo más cercano se encuentra en los integrantes de la familia.
Si se toma como universo únicamente a las mujeres que experimentaron violencia física y/ o sexual en el ámbito de pareja, 13.1 % presentó una queja o denuncia ante alguna autoridad, con o sin solicitud de apoyo. En el ámbito escolar el porcentaje fue 7.8 %, en el familiar 7.1, %, en el laboral 6.5 % y en el comunitario 4.3 por ciento.
De las mujeres que vivieron violencia física y/ o sexual a lo largo de la vida y solicitaron ayuda a alguna institución, la Defensoría Pública fue la institución a la que más se acercaron para pedir apoyo en el ámbito comunitario (34.4 %), el Instituto de las Mujeres fue el más visitado para el ámbito familiar (21.9 %) y el DIF fue la institución más buscada cuando la
violencia ocurría en la relación de pareja (35.2 %).
El porcentaje de mujeres que han experimentado violencia física y/ o sexual y presentan una queja o denuncia fue mayor que el de mujeres que solo piden ayuda o asistencia. De las mujeres que vivieron violencia física y/ o sexual en el ámbito escolar y presentaron una queja o denunciaron, 90.2% lo hizo ante las autoridades escolares. En el ámbito laboral, 69.2 % presentó la queja o denunció ante las autoridades de su trabajo o del sindicato. Ahora bien, la Fiscalía, Procuraduría, Ministerio Público fueron las autoridades a las que más recurrieron en los ámbitos comunitario (49.3 %), familiar (62.6 %) y también, cuando la violencia ocurrió en la relación de pareja (55.3 %). La principal razón para no buscar ayuda o no denunciar la violencia experimentada en todos los ámbitos fue que se trató de algo sin importancia que no le afectó, porque no sabía cómo y dónde denunciar, o bien, por miedo a las consecuencias o a las amenazas.
Gracias a la información sociodemográfica que recopila esta encuesta fue posible identificar que, en los 12 meses previos al levantamiento, las mujeres en localidades urbanas tuvieron una prevalencia de violencia mayor que las mujeres que viven en localidades rurales (45.3 y 34.7 %, respectivamente). Aunque la violencia psicológica fue la de mayor prevalencia para las mujeres de localidades urbanas (30.6 %) y rurales (25.2 %), las mujeres en zonas urbanas (26.2 %) experimentaron casi el doble de violencia sexual que las mujeres que residen en áreas rurales (13.6 %).
En el análisis de las diferencias entre mujeres de diversos grupos de edad, se identificó que las mujeres más jóvenes (entre 15 y 24 años) fueron quienes vivieron mayor prevalencia de violencia (58.3 %). La violencia sexual fue la más frecuente (42.0 %). Las mujeres en los grupos de edad de 25 años o más experimentaron violencia psicológica en mayor medida. De acuerdo con su situación conyugal, las mujeres solteras vivieron el mayor nivel de violencia (53.9 %), seguidas de las mujeres casadas o unidas (41.1 %) y de las mujeres separadas divorciadas o viudas (34.0 %). La mayor prevalencia de violencia sexual se detectó en las mujeres solteras. Las mujeres casadas o unidas y las mujeres separadas, divorciadas o viudas, experimentaron violencia psicológica mayor frecuencia e intensidad.
Con información de INEGI, 23 de noviembre de 2022.